por Javiera Barrientos G.
Magister (c) en Literatura
Universidad de Chile
El contrapunto que existe entre un libro de lujo y un libro en tapa rústica o paperback surge, a grandes rasgos, con la disminución del precio de las materias primas para su fabricación (el papel) y la mecanización de algunos de sus procesos de producción (la impresión y la encuadernación). William Morris, de la mano del movimiento Arts and Crafts a fines del siglo XIX y comienzos del XX, transformó al libro en una trinchera que le permitía, al mismo tiempo, recobrar artes manuales amenazadas por la industrialización y ejecutar una estética moderna, basada en la línea curva y los patrones florales, hoy denominada art nouveau. Aunque es posible encontrar ejemplares profusamente decorados desde el tiempo de los códices manuscritos medievales, no es sino hasta que se concientiza la distancia entre un libro de bajo costo encuadernado e impreso con técnicas mecánicas como el «Smyth sewing» (1868) o la impresión offset (1875) y un libro manufacturado, que el rol del encuadernador adquiere un valor añadido: los libros impresos en fine press y encuadernados a mano incorporaban esta nueva sensibilidad pictórica a las técnicas tradicionales de confección.
La segunda nota de la serie “El libro en las artes plásticas” (la primera la puedes encontrar acá) es un breve e incompleto catálogo de encuadernadores artísticos contemporáneos que han utilizado el libro como lienzo, revistiéndolo y decorándolo para hacer de él una verdadera obra de arte. Aunque muchas de sus propuestas coincidan en términos estéticos, hay ciertos usos y manejos de técnicas y materiales que los transforman en referentes del oficio. Los libros que salen de sus talleres, obras que van de lo más tradicional a lo explícitamente experimental, obligan a que nos cuestionemos la relación entre la modificable forma del soporte y su contenido.
Paul Bonet
Paul Bonet fue uno de los diseñadores de encuadernación artística más influyentes de comienzos del siglo XX. Rodeándose siempre de los mejores artesanos del libro de París, la innovación que realizó al llevar el surrealismo y el juego de relieves a la superficie del libro fueron fundamentales para entender el arte de la encuadernación contemporánea. Como señala Carlos Rey en la biografía que hace del diseñador, uno de sus aportes fue “la realización de variaciones sobre un mismo tema, trabajando con varios ejemplares de la misma obra o con todas las obras de un mismo autor”, como su serie sobre el libro Caligrammes de Apollinair (1943). Este ejercicio explicita que cada ejemplar discreto es, en realidad, parte de un continuum, ya sea en términos sincrónicos (en relación a los demás libros de una misma edición) o diacrónicos (en relación a todos los libros que se han publicado del mismo texto o autor).
Bernard Middleton
Bernard Middleton comenzó su práctica en la Escuela Central de Artes y Oficios en 1938, en Londres, y se dedicó a la encuadernación artística de libros, la enseñanza y la escritura por gran parte de su vida. Uno de sus trabajos más estables lo llevó a cabo en el taller de encuadernación de la British Library, además de administrar la firma de encuadernación Zaehnsdorf, investigar y escribir sobre la historia de la restauración en libros como The restoration of leather bindings, y producir más de 100 libros originales. “Mis diseños”, dice en su libro Recollections, “están hechos para deleitar al ojo, no al intelecto”. Acá pueden encontrar un pequeño clip que hace referencia a la manera en que él mismo comprende su propia obra y su espacio de trabajo. También hace pública una práctica muy curiosa que utiliza para el envejecimiento de encuadernaciones nuevas: el coleccionismo de polvo.
Monique Mathieu
Monique Mathieu, diseñadora de libros francesa, realizó sus estudios de encuadernación en talleres como el de Pierre Aufschneider, quien había trabajado con figuras de la talla de Legrain, Crezevault y Bonet. Después de un tiempo renunció a realizar sus propias encuadernaciones y se dedicó exclusivamente a diseñar sus libros. Estas las delegó a artistas como René Desmules, Jean Lipinsky y Martine Méline y a doradores como Gilbert Balé, Yvon Bramante y Claude Ribal. Dolores Baldó, encuadernadora contemporánea española, describe la obra de Mathieu rescatando “la alternancia de relieves (mosaicos) y bajorelieves (incisiones)” que logran un interesante y a la vez elegante juego óptico.
Jean de Gonet
Jean de Gonet es uno de los encuadernadores franceses más innovadores de la segunda mitad del siglo XX. En 1985 creó un prototipo de encuadernación original para la conservación de obras, el Revorim. Esta es una encuadernación semi-industrial que rescata técnicas tradicionales, particularmente el uso de los nervios, y las enmarca dentro de una ruptura estética moderna, dejándolos a la vista. Además, utiliza materiales innovadores en su confección, como el RIM (Reactions Injection Moulded), un tipo de plástico moldeado industrialmente.
Sün Evrard
Sün Evrard estudió encuadernación en la Union des Arts Décoratifs entre 1972 y 1976, institución en la que luego participó como docente. En 1983 las Ediciones Denoël publicaron La Reliure y algunos capítulos técnicos fueron escritos por Evrard. En 1991 cambió el mundo de la encuadernación cuando un cliente le entregó un libro del siglo XV e inauguró, en conjunto con Jen Lindsay y Tracey Rowledge, la exposición de libros y luego el movimiento estético Tomorrow’s Past, una instancia de reflexión y práctica de encuadernación de libros antiguos a través de técnicas reversibles y estilos modernos.
Edgar Claes
Edgar Claes es reconocido como uno de los encuadernadores más progresivos y diestros de Europa. Claes ha sido monje en la orden de Crosier desde 1976 y su encuadernación se caracteriza por el uso de sofisticadas estructuras construidas a partir de materiales no-tradicionales como policarbonato, maderas exóticas y pintura automotriz. Sus diseños transforman los libros en máquinas orgánicas de lectura a través de líneas geométricas que aluden a ruedas, engranajes y tuercas; dobles fondos; troquelados y mosaicos, creando una estética a medio camino entre el futurismo italiano y el cyberpunk.
Alain Taral
Alain Taral es un ebanista y marquetero nacido en Saint Dié des Vosges que aplica su conocimiento en madera al mundo de los libros y la encuadernación de arte desde 1989. Tras estudiar encuadernación en la escuela de Bellas Artes de Toulon a cargo de Jacqueline Cabot y luego de que un coleccionista le solicitara decorar la portada de un libro con incrustaciones de madera, Taral se percató del potencial de sus habilidades en la fabricación de muebles dentro del mundo de los libros. Para obtener efectos refinados utiliza diferentes tipos de madera, las que lija, tiñe y pega. Ha trabajado en colaboración con Claes en la fabricación de varios libros.
Philippe Fié
Philippe Fié estudió encuadernación y dorado con Camille Berthaux, Alain Coutret e Yvon Bramante. A partir de 1989 comenzó a experimentar con nuevas estructuras a través del uso de materiales contemporáneos como el plexiglás y, particularmente, el polivinilo. Así, dio con un sistema de encuadernación original, como se aprecia en la imagen, que consiste en tapas forradas con materiales termoformados y conectadas al lomo a través de bisagras flexibles.
Philip Smith
Philip Smith es quizás uno de los encuadernadores actuales más fáciles de reconocer por lo distintiva de su obra. Luego de estudiar en el Royal College of Art y enseñar Arte y Encuadernación en el Malvern College of Art, realizó grandes contribuciones técnicas y estructurales en el mundo del libro. Una de sus muchas innovaciones, además del increíble uso que hace del sobre-relieve, es el maril, un material creado a partir de la compresión de fragmentos de cuero para formar un bloque del que pueden extraerse cortes transversales y usarlos para construir imágenes a partir de mosaicos.
Kathy Abbott
Kathy Abbott estudió encuadernación en el London College of Printing y en la Roehampton University. Fundó el movimiento Tomorrow’s Past junto a Evrard y publicó el libro Bookbinding: A step-by-step guide en Crowood Press el año 2010. Además, se desempeña como encuadernadora en el taller de Benchmark Bindery que comparte desde 2009 con Tracey Rowledge. Sus encuadernaciones se caracterizan por la intervención minimalista y geométrica de colores planos, a través de mosaicos y gofrados, tanto en los libros que fabrica bajo la lógica de la conservación reversible y los que realiza para ediciones de lujo.
Sol Rébora
Sol Rébora es una encuadernadora artística argentina que se especializa en el diseño de libros de lujo con criterio de conservación. Se ha formado incorporando conocimientos técnicos específicos aprendidos de reconocidos maestros de la encuadernación en distintas ciudades de Europa y América del Norte. La obra de Sol consiste generalmente en intervenciones e incrustaciones monocromáticas de cuero sobre cuero, para crear paisajes, formas y líneas que evoquen un estado, concepto o escena contenidos en el libro. Para ello toma en cuenta todos los aspectos materiales del ejemplar: tipografía, puesta en página, calidad y textura del papel. Sus diseños han ganado premios dentro de su país y en el exterior, tales como el Primer Premio en el concurso de la Society of Bookbinders (2005) y la Silver Awards de la competencia internacional Designer Bookbinders (2013).
Eduardo Tarrico
Eduardo Tarrico es un encuadernador argentino cuya obra se basa en la intervención a través de procesos de lijado, contra lijado, gofrados y pintado de cueros y superficies planas para obtener libros de terminaciones elegantes y conceptuales. Dos de sus obras, a mi gusto, más interesantes son la encuadernación del libro Pyramus & Thisbe de Shakespeare (Old Style Press, UK, 2003) donde, mediante un sistema de imanes y piezas decoradas, transforma las portadas del libro en un escenario teatral móvil y manipulable por el lector; y dos variantes de un capítulo de His dark materials del escritor inglés Philip Pullman. Eduardo estudió con maestros argentinos como Sol Rébora y en el taller de Ángel Camacho en Madrid, además de su formación autodidacta de la mano de autores como Evrard, Carlos Rey, James Brockman y el coleccionista y encuadernador argentino Ezequiel Holodovsky. Su obra ha ganado premios como la mejor encuadernación artística en el concurso a cargo de la Society of Bookbinders (2011).
Benjamin Elbel
Benjamin Elbel descubrió la encuadernación mientras estudiaba arte en Estrasburgo. Desde el comienzo su interés se ha enfocado en la experimentación de formas y formatos creando nuevas estructuras como la onion binding y la dos rapporte (en la imagen / libro diseñado por la encuadernadora Marja Wilgenkamp). Recibió estudios de encuadernación tradicional en escuelas como el Centro del bel libro en Ascona y el taller Shepherds Bookbinders en Londres, para luego abrir su propio taller de encuadernación Elbel Libro en Amsterdam. Ahí, lleva a cabo libros de marcado carácter conceptual, como la antología poética en torno al agua que encuaderna el 2004 y cuya tapa incluye un tapón de goma.