por CECLI
Gonzalo Maier, autor chileno a quien entrevistamos a propósito de su antología de cuentos El libro de los bolsillos, escribió la séptima página de nuestro álbum de amigos y amigas. En ella, hay objetos e inspiraciones que se congregan en su escritorio o cerca de él, que le recuerdan algunas columnas que ha publicado en Las Últimas Noticias o, incluso, que remiten a algún recuerdo hallado en el bolsillo de un abrigo, hoy en día enmarcado, como la servilleta de una heladería.
1. Computador
Creo que he usado el mismo computador todos los días desde hace seis años, más o menos. Ahora tiene la «o» medio machucada, pero ni siquiera se resiente.
2. Un viaje sentimental de Nobuyoshi Araki
El de acá es un álbum de fotos de Araki. Se llama Un viaje sentimental e incluye algunas imágenes de los días posteriores a su matrimonio y de los anteriores a la muerte de su mujer. Es despreocupado, doméstico, perturbador.
3. Cleo, de 5 a 7, de Agnès Varda
Las películas de Agnès Varda: honor y gloria. La imagen de acá arriba está sacada de Cleo, de 5 a 7.
4. Playmobil
Este playmobil de Johan Cruijff lo compré en una feria de las pulgas en Utrecht. Creo que eran dos por un euro. El otro, un policía, no tiene tanta gracia como para aparecer en la foto.
5. Tazas de té
La imagen es fea, pero justa: tazas sobre el escritorio mientras escribo esto.
6. Vinilo de Charlie Haden y Chris Anderson
Me gusta mucho Haden. En una columna cuento cómo y cuándo escucho este disco (o algo parecido).
7. Servilleta de heladería
Hace unos meses encontré estas servilletas en el bolsillo de un abrigo viejo. Son de una heladería que frecuentaba hace muchos años y no se me ocurrió otra cosa que ponerlas en un marco.
8. Nubes de Carel Willink
Y sobre esta foto de Carel Willink, o al menos de su faceta como fotógrafo, escribí en otra columna.
9. Jonas Mekas
Jonas Mekas, por sobre todo, Jonas Mekas (sus películas y sus libros, por supuesto).
10. Incorruptos de Carolina Melys
Iba a poner la foto de mis libros favoritos, pero descubrí que son muchos. Luego pensé en sacarle una a la biblioteca, pero me dio pudor. Quizá sea mejor dejar los cuentos de Carolina Melys, tal vez el último libro que leí de una sentada, encantado.