por CECLI
Hace cuatro años, entre links de internet y libros prestados, fundamos el Centro de Estudios de Cosas Lindas e Inútiles. Comenzamos como el borrador en una libreta de notas, luego una página de facebook en la que todos los días compartíamos la breve historia de un objeto del pasado, una anécdota material o la obra de un artista, y finalmente, una página web donde publicamos trabajos e investigaciones que tienen como foco los objetos y la cultura material. Este fin de semana estuvimos de fiesta, también, porque hace dos años lanzamos la convocatoria de las Primeras Jornadas sobre Objetos y Cultura Material, que en octubre celebran su tercera edición. Como una forma de conmemorar el trayecto ya recorrido y el que queda por recorrer, como una forma de agradecer a todos quienes han colaborado con y creído en nuestro proyecto, los editores del CECLI hemos hecho una selección de los objetos que inspiran nuestro trabajo.
1. La utilidad de lo inútil de Nuccio Ordine
Cuando nos preguntan por qué bautizamos a nuestro centro como lo hicimos, volvemos a esa conversación en que Javiera y yo, espontánea e intuitivamente, adjetivamos nuestros potenciales objetos de estudio como lindos e inútiles. Con los años, nos hemos dado cuenta de que fue la mejor decisión, y que ambos adjetivos tienen también sus reversos. La publicación de La utilidad de lo inútil de Nuccio Ordine, en 2013, coincide con el año en que bautizamos a CECLI, sin embargo, recién lo leí en 2016. Es un manifiesto cuya primera parte, “La útil inutilidad de la literatura”, traza una genealogía de la literatura como arte necesariamente gratuito, desde Ovidio a Foster Wallace, pasando por Cervantes, porque es “motivada tan sólo por un auténtico gozo y ajena a cualquier aspiración al beneficio”, y porque “sirve para ser bella”. En sus páginas, Ordine recuerda a personajes como el Coronel Buendía y Jim Hawkins, quienes se maravillan con pececitos de oro o monedas que portan la más genuina e inútil belleza, o los habitantes de Utopía, que desprecian el oro volviéndolo la materia prima de sus orinales. Los mismos orinales que Théophile Gautier considera como los objetos más feos de cualquier casa, por ser los más útiles.
Escogido por Loreto Casanueva
2. Porcelanas chinas
Además de nuestro consabido amor por el té, las porcelanas chinas se relacionan con los viajes en barco de la East India Trading Company que, durante el siglo XVII, trazaron las rutas de comercio entre Asia, el sucontinente Indio y Europa, comerciando principalmente con algodón, seda, el índigo, la sal, té y opio. Los naufragios de barcos con cargos enteros de porcelana y arcilla provenientes de China son cápsulas en el tiempo que nos vinculan con esta historia de dos maneras: apuntando a la la fragilidad y a la resiliencia de los objetos que tratamos, por un lado, y como recordatorio de que trabajar con objetos es involucrarse con los aspectos históricos, sociales, culturales y estéticos del mundo en el que éstos cumplieron con una función.
Escogido por Marisol García
3. Ensanchador de guantes del Gabinete de Curiosidades n.1
Fue el primero en componer el Gabinete de Curiosidades del CECLI. Este objeto, encontrado en el fondo de un cajón de tocador después de casi un siglo en desuso, está hecho de hueso y aún funciona perfectamente. Fue utilizado cotidiana y profusamente entre la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, para una tarea diaria y sencilla: ponerse fácilmente los guantes, en una época donde aún no existían las telas elásticas. Es significativo dado que su obsolescencia lo convierte hoy en un objeto completamente inútil pero, sobre todo, en el residuo material de una determinada época, o como lo vemos nosotros: en el testigo inmóvil de otra sociedad. Los objetos constituyen en sí mismos una valiosa fuente de información social, susceptible de ser estudiada. Una constante de nuestro quehacer y la invitación que extendemos a diversas disciplinas.
Escogido por Francisco Castillo Cristi
4. Torta Fiesta del té
Cuando preparamos el programa de las Primeras Jornadas sobre Objetos y Cultura Material decidimos que en lugar de ‘vino de honor’—¡que feo término!—íbamos a celebrar una fiesta del té. Además de tener una amplia gama de té de distintos sabores y tipos, muchas tazas, teteras, dulces de colores, galletas de la fortuna y el idóneo jardín del Centro Patrimonial Recoleta Dominica como escenario, mandamos a hacer una gran y hermosa torta de panqueque de frambuesa a la ahora cerrada pastelería Dulce Almíbar para compartir con todos los asistentes. Fue un evento memorable y una deliciosa torta, con ella cerramos una semana importantísima para el CECLI: inaugurabamos con un éxito inesperado la primera de muchas instancias de diálogo interdisciplinar que vendrían después.
Escogido por Javiera Barrientos
5. El sueño del Rey por Andrea Breinbauer
En el CECLI siempre ha existido una preocupación por el desarrollo de las artes visuales, es por ello que destacamos el trabajo de la artista Andrea Breinbauer (27) con quien conversamos sobre su exposición “Relatos” realizada en marzo de este año en el Centro de Extensión de la UC. En esta muestra Andrea presentó 10 estructuras pictóricas en las que reflexionaba sobre diversas temáticas, entre ellas, las posibilidades que aún ofrece la pintura para el arte contemporáneo, la intermedialidad y el valor simbólico de los objetos. La obra titulada El sueño del Rey es un claro ejemplo de lo anterior, pues en ella, es posible observar a una pareja de enamorados, en una escena muy cinematográfica, en medio de desordenada habitación en la que se agolpan sillas Luis XV, una alfombra folk y unos cuantos libros.
Escogido por Manuel Alvarado Cornejo
6. Las obras de Georges Perec
Probablemente, uno de los autores que más ha aparecido y reaparecido en las conversaciones gestadas en CECLI ha sido Georges Perec, en especial, en el marco de nuestras Jornadas sobre Objetos y Cultura Material: durante las ponencias y en los cafecitos. Su epifanía no es casual: a lo largo de su obra, los objetos se presentan con elocuencia y detalle balzacianos, se enumeran a través de listas de aliento borgiano y se vinculan más o menos profundamente con sus propietarios, como sucede en la novela Las cosas, en la que resuena el consumo de bienes escandaloso de los años ‘60 como correlato de la vida de una pareja de jóvenes frustrados. Y no solo celebramos la vida de Perec por su obra literaria: su interés por la historia y la sociología –estudió y abandonó ambas carreras–nos habla de una mirada interdisciplinaria sobre el arte y la cultura que nosotros y nosotras también enarbolamos.
Escogido por Loreto Casanueva
7. Contenedores: objetos para guardar y encontrar
Este conjunto de contenedores antiguos fue dispuesto para la producción del afiche de las Segundas Jornadas sobre Objetos y Cultura Material de CECLI en el marco de su eje temático «encontrar y guardar». Fanales, perfumeros, tinteros, joyeros, y cajas varias componen el cuadro. Los contenedores representan un elemento de particular interés en nuestra línea de investigación de la cultura material, en cuanto son objetos que defienden, ocultan o exhiben, otros objetos. Nuestro interés por los contenedores quedó registrado por primera vez en 2014, con la nota Objetos para guardar objetos en roma antigua.
Escogido por Francisco Castillo Cristi
8. Objetos curiosos: salir al encuentro (o dejarse encontrar)
El interés por los objetos va siempre acompañado por una alta cuota de curiosidad y por la posibilidad de sorprenderse. Un objeto curioso es aquél que simplemente genera extrañeza porque proviene de culturas, tiempo y lugares otros, así como también, por estar asociado a prácticas que actualmente nos parecen ajenas. Es por ello, que para los miembros de CECLI siempre resulta inspirador un paseo por ferias de pulgas, ventas de garaje, librerías “de viejos”, tiendas de antigüedades, y un sinnúmero de sitios, donde es posible sumergirse en el universo de las cosas olvidadas o en desuso, las cuales se constituyen en el punto de partida de una colección, de una futura investigación o de una serie imágenes memorables.
Escogido por Manuel Alvarado Cornejo
9. Letra C
Johann Horst von Romberch fue un humanista del siglo XVI que escribía tratados de retórica centrados en la imitación y emulación de maestros latinos como Cicerón y Quintiliano. En 1533 publicó el Congestorium artificiose memorie, un tratado sobre la memoria artificial, técnica que permitía recordar y rememorar mediante el uso de lugares mentales y objetos asociados a las ideas de un discurso. Dentro de su tratado se encuentran conocidas impresiones xilográficas de alfabetos visuales que mediante el símil (fonético o pictórico) asociaban las letras con objetos del mundo en una trasposición que lleva la imagen mental a la imagen material. La C está representada por un corno que imita su curva tipográfica, trasladando su forma y su trazo a un objeto tangible. La escogimos como el logo del CECLI porque combina texto y materialidad, la memoria y su representanción, ejes vitales en nuestra línea editorial.
Escogido por Javiera Barrientos
10. Hormas de zapatos de madera
Aparentemente, la práctica de cachurear, comprar “tiliches”, acumular cachivaches, cacharros viejos, trastos, muebles, bagatelas, baratijas y fruslerías nos une con muchos de los amigos que hemos ido encontrando en el camino. Estas hormas para calzado de madera “número 4” aparecieron en una tienda de antigüedades en Puebla: inmediatamente me trajeron a la mente una canción de Francisco Gabilondo Soler “Crí-crí” que escuchaba en mi infancia, sobre un tlacuche ropavejero:
El señor Tlacuache
compra cachivaches,
y para comprarlos
suele pregonar.
¡Botellas que vendan!
zapatos usados!
¡Sombreros estropeados,
pantalones remendados!
¡Cambio, vendo y compro por igual!
¡Chamacos malcriados!
¡Miedosos que vendan!
¡Y niños que acostumbren
dar chillidos o gritar!
¡Cambio, vendo y compro por igual!