Nota

Album amicorum nº17

por CECLI

ALBUM 2.png

En esta ocasión nuestro álbum de amigos llegó a las manos de Irmgard Emmelhainz, escritora, docente, traductora e investigadora independiente. Es autora de La tiranía del sentido común: la reconversión neoliberal de México (Paradiso, 2016), así como del ensayo Eros y el semiocapitalismo. ¿La pérdida del otro y el fin del amor?, publicado en español por la revista 404 del Centro de Cultura Digital; sus trabajos sobre el antropoceno, las relaciones entre las imágenes, el arte contemporáneo y la geopolítica han aparecido en la revisa e-flux. Colabora en el comité editorial de Scapegoat Journal, escribió para el Comité Invisible Jaltenco, y sus ensayos han sido traducidos a diversos idiomas como el chino, alemán, italiano, serbio, noruego, inglés, francés, árabe y hebreo para publicaciones especializadas.

Sobre su colección de objetos —que nos llega como un trabajo de écfrasis o descripción que habla en ausencia de las imágenes — Irmgard escribe: «son todos personales y de alguna manera me inspiran porque ya sea me recuerdan a alguna experiencia, ideal o valor, o están relacionados con amigos y personas cercanas. En resumen: son registros de lo que me es importante o de alguna manera simbólico para mí; o simplemente me gustan, me dan curiosidad, encarnan logros y batallas o momentos especiales».

1. Misbaha o tasbieh

La misbaha o tasbieh es una herramienta para ejecutar actos de devoción en el Islam como repetir los nombres de dios y glorificarlo. Pueden estar hechos de madera, semillas de aceituna, ámbar, perlas, plástico o marfil. Es el equivalente del rosario cristiano. El mío es de madera con un cordón verde precioso y regalo de un querido amigo poeta palestino; él lo llevó en su cuello muchos años y un día que hablaba de mis miedos y titubeos para escribir fuera de la academia, se lo quitó y me lo puso en el cuello. En la cultura árabe, el que lleva el misbaha al cuello es el maschnun o el loco del pueblo; loco por visionario —el parresias griego— y por excéntrico.

2. Mazorca de maíz morado

Escondida entre las pilas de libros que no cesan de aumentar y de cambiar de lugar, mantengo en mi escritorio una mazorca de maíz morado. Fue un regalo de mi amiga Isadora Hastings, que la trajo de la Sierra de Guerrero donde tiene un proyecto de rescate y rehabilitación de vivienda en comunidades desplazadas (por catástrofes, la guerra o el gobierno), una ONG llamada Cooperación Comunitaria. La mazorca me recuerda que la teoría siempre está ligada a la práctica, y la relevancia de la lucha por la preservación del maíz en contra de la monsantización de la agricultura mexicana. Las luchas que están llevando a cabo gente como Isadora y otro amigo querido y admirado, el abogado René Sánchez Galindo, miembro de Colectividad del Maíz, organización que ha logrado parar la siembra de maíz transgénico en México con una demanda en la Suprema Corte de Justicia que aún está pendiente de resolverse, son de suma importancia ante el asedio neoliberal sobre  la vida y las formas en que ésta se lleva a cabo.

3. Zapatos Goodyear

Mis zapatos Goodyear Welted dorados de Cappelletti fueron un regalo de mi pareja y son los zapatos más cool que jamás he tenido en mi vida.

4. Dibujos de Layla

Los dibujos de mi hija Layla, quien ve las cosas desde una perspectiva que inevitablemente me conmueve muchísimo y me enseña algo nuevo. Desde pequeña, le gusta hacer fanzines pegando hojas de papel con díurex para luego dibujar historias por partes en los cuadernitos. Cuando tenía dos años y medio, dibujó la historia de un pajarito que vivía “en la jaula más bonita del mundo”; un día “el huevo más bonito del mundo, azul, apareció en la jaulita”; al paso del tiempo, “nació el pajarito más hermoso del universo, era azul”; la niña que era la dueña del pajarito y la jaulita, al ver ambos, decidió abrir la puerta de la jaula y dejar a ambos en libertad. Así he vivido la maternidad, como una forma de emancipación.

5. Strap-on con dildo

Me pasé muchos meses investigando cuál sería la combinación ideal de strap-on con dildo para una principiante en la penetración; los mismos meses que pasé asumiendo y procesando que mi salida del closet era inminente. El lugar donde lo compré fue simbólico: el gesto de apropiarme de mi propio falo fue un desafío consciente al heteropatriarcado, en un sex-shop cercano a la casa de mi familia paterna.

6. Kufiya o hata

La kufiya o hata es un pañuelo con el que se cubren la cabeza tanto hombres o mujeres en Medio Oriente; el color y el patrón de cada pañuelo distinguen a cada tribu. En palestina, se usan rojas y negras y en los años 1960s, llevar una en el cuello desde California hasta Jordania significaba solidaridad con la causa palestina. A lo largo de los años, he coleccionado varias que uso tanto para ocasiones importantes como para taparme del frío. Hace algunos años una compañía de ropa barata sacó un tipo de kufiyas que se volvieron a poner de moda, ya sin su significado político. Cuando llevo la mía nadie conoce su historia. En el raro caso de ver a alguien llevando una, nunca dejo de intentar cruzar una mirada cómplice.

7. Los Bixos de Lygia Clark

Los Bixos de Lygia Clark son unas esculturas en aluminio “neo-concretas” que la artista desarrolló a principios de la década de 1960. Desafiando lo estático del espacio escultórico, los Bixos invitan al espectador a doblar, cerrar, voltear, abrir sus formas geométricas conectadas con bisagras. Al contrario de la escultura tradicional, las formas de los Bixos no surgen de masas moduladas para convertirse en juegos de volúmenes, sino que surgen de los soportes mismos las esculturas. La participación del espectador es indispensable para activar los Bixos: la relacionalidad es el principio esencial de esta serie de alrededor de 70 esculturas de pequeño formato.

8. Los objetos del Cuerpomático de Pedro Reyes

Como una extensión de las investigaciones relacionales en la escultura de Lygia Clark y de los ready-mades surrealistas y cargados de humor, Pedro Reyes crea Cuerpomático (2013), una caja de madera forrada de fieltro que aloja en su interior una variedad de objetos en diversos materiales: madera, piedra, plástico, vidrio, plumas, etc. para acariciar, dar masajes, pellizcar, rascar, etc. a alguien más. Cada objeto produce una sensación específica que a veces recuerda a alguna experiencia previa, como la sensación de tener un estetoscopio en el pecho. Los objetos de Cuerpomático tienen la función específica de esculpir sensaciones táctiles –también eróticas– junto con alguien más.

9. Colección de DVDs del Grupo Dziga Vertov

El coffret de DVDs de películas del Grupo Dziga Vertov, del cual eran miembros Jean-Luc Godard y Jean-Pierre Gorin; parte de mi doctorado es sobre el período “Marxista-leninista” de Jean-Luc Godard, y estas películas corresponden a este periodo. Me pasé años buscándolas; había copias malas en la red, VHS gastados en bibliotecas norteamericanas, tres fueron restauradas y editadas en Japón y un académico francés especialista en el tema me pasó unas copias. Por un tiempo, sólo las conocí por descripciones en libros editados antes de 1982. Ya que había avanzado la tesis, pasando penuria por la falta de acceso al material, un profesor de la Universidad de Toronto apareció un día con todas las películas en VHS en una bolsa de plástico. En 2010 salió la bellísima edición española.

10. Pulsera-infinito

Llevo una pulsera en la mano derecha con el símbolo del infinito, un regalo de mi pareja para recordarme todo el tiempo que su amor por mí no tiene fin.